martes, 18 de febrero de 2014

Veinte minutos

Ese es el tiempo que tengo para escribir.

Últimamente estoy teniendo sueños raros, sueños que me daría miedo analizarlos en profundidad.
Rondan en mi mente personas del pasado que se acaparan de mí por las noches, mientras duermo, y se conjugan con historias del presente enredándolo todo.

Para variar, todavía sueño con mi ex, y eso que no le tengo ningún tipo de aprecio ni lo extraño.
Son sueños raros donde nada sale bien, aún cuando sueño con mi novio actual, que de hecho también ocurre con frecuencia. Hasta he llegado a soñar con los dos en un mismo sueño, pero antes de que se emocionen, no hubo ningún tipo de encuentro sexual entre los tres.

Se ve que los hombres en mi vida ocuparon y ocupan una gran parte de ella. Siempre me moví por pantalones, o quizás ellos se movieron por mi, en fin, siempre estuvieron y fueron de múltiples sabores, orígenes y colores, y aunque para mi, ninguno se parece al anterior,  muchas veces me los han encontrado parecidos, y yo, como ha de ser común, me reniego a aceptarlo.
La única cualidad en común es que todos, o casi, todos tenían es que son muy tranquilos porque para explosiva... Estoy yo.

jueves, 13 de febrero de 2014

Una pregunta, Dos.


"¿Hay tensión sexual entre ustedes dos?"

Mi boca dijo no, pero mi cerebro se quedó pensando días enteros en esa pregunta. Dije que no porque decir que si hubiera sido políticamente incorrecto y me hubiera traído algunos problemas, pero la realidad es que no se si tensión sexual, pero algo hay, algo mágico que hace que las miradas que compartimos larguen electricidad sin que nos gustemos ni lo busquemos. Es algo lindo y simpático. Siempre.


"¿Lo amás?"
Esta vez respondí sin titubear y casi gritando un "¡No!"

"¿No lo amás?" Repreguntó.
Ahí comprendí que mi "no" había sido demasiado fuerte y que a pesar de que todavía no lo sintiera no podía responder así. No sé tampoco porqué hubo tanta sorpresa en mi respuesta y agregué: "Que se yo, siento que es demasiado pronto, estamos hace poco"

No hubo más preguntas.

Dudas

Mi primer piquito fue a los 3 años con mi novio Tomás.
Ese fue el inicio de una innumerable cadena de novios y amores; pero a pesar de haber tenido tantos hombres no se si puedo considerarme enamoradiza, porque lo cierto es que enamorarme me cuesta bastante.

"¿Estoy enamorada o estoy muy enganchada?, ¿Me gusta o lo amo?, ¿Se puede decir que una está enamorada sin haberle dicho "Te amo"?"

Esas preguntas suelen estar bastante seguido en mi cabeza y por lo general aparecen cuando creo no tener dudas, cuando siento que todo esta bien y tengo todo resuelto. No sé si surgen para complicarme a mi  misma y autoproclamarme la reina del conchudismo o qué, pero están y son preguntas que no siempre puedo responder.
Y no es que no sienta, sino que creo relativo el significado de la palabra "enamorada" o quizá sienta que nunca es suficiente amor para llenar esa palabra.
A veces, el tan solo hecho de largar esas dos palabritas me genera estrés infinito: "Te amo". Tan fácil escribirlo, complicado describirlo, y mucho más difícil aún decirlo, porque hay veces que siento que amo, pero amo situaciones, momentos, contextos... Después me olvido y todo vuelve, jamás lo digo y queda ahí, en un pensamiento volátil, en una parte de mí que se reniega a sentir y dejarse llevar ¿Tal vez sea por hechos del pasado? Puede ser, antes me creía mucho menos desprejuiciada, libre, impulsiva.
Ojo, capaz que lo dije tanto que ya lo gasté y siento que la nueva persona va a tener que esperar un poco más para que se lo diga ¿Quién sabe? Ni yo lo sé...
Como verán tengo muchas dudas, y a veces elijo no pensar tanto en ellas imaginando que algún día se irán solas o se resolverán con el correr del tiempo, con lo que me demuestren los demás y lo que me permita sentir y decir.

jueves, 30 de enero de 2014

Él

Sin dudas él se merece un post especial. Le guardo mucho cariño y creo que siempre va a ser así.

Cada encuentro con él es único. Siempre sorprende, sorprende porque nunca sabés con qué te va a venir, ni  qué está pensando. Tiene magia y misterio.

Esta persona indescifrable me enseñó mucho de lo que hoy sé, y no a nivel sexual, (aunque también podría serlo), si no a nivel ¿espiritual? Nah, esa palabra me suena muy chota... Digamos que me condicionó y modeló en muchos aspectos.

Me da calma y tranquilidad, es la única persona que puede dosificar mi intensidad. Estar con él es paz. Es respirar una y otra vez el perfume que tanto te gusta, es no querer que el abrazo termine.

Me es imposible no soltar un suspiro cuando hablo o escribo sobre él... Y eso que no me gusta, ¿Imaginate si eso pasara? Me resulta raro imaginarme dominada, pero él es la única persona que podría hacerlo con total facilidad, me tendría drogada de amor. Sonámbula.

lunes, 27 de enero de 2014

Surrealismo


Antes de darle rienda suelta al teclado voy a pasar a explicar de que se trata la temática del posteo de hoy.
Hace unos días me encontré con la inolvidable técnica del surrealismo escrito, una locura hermosa que hoy empezaré a incursionar.

// Sobre el surrealismo //

"Escribid deprisa, sin tema preconcebido, escribid lo suficientemente deprisa para no poder refrenaros, y para no tener la tentación de leer lo escrito. La primera frase se os ocurrirá por sí misma, ya que en cada segundo hay una frase, extraña a nuestro pensamiento consciente, que desea exteriorizarse (...).
Seguid escribiendo cuanto queráis. Confiad en la naturaleza inagotable del murmullo".

(André Breton en "Manifiestos del Surrealismo", 1924)


Dejando en claro en que consiste el surrealismo escrito, aclaro que no es necesario que lean el mío, puede que no les resulte interesante, pero les dejo a ustedes la propuesta. Háganlo. Es sumamente liberador.



Música de fondo, metrogas, naranja, vos, el, los dos, nosotros, los demás. No pensar, escapar, cerrar etapas, miedos, angustia, dolor, música, de nuevo música, flores, fumar, estar, pegar, sentir, amar, querer, ser, no parar de escribir, nunca, flotar, no mirar, miraste, no hay nada más, te quiero a vos.
Lo extraño, sus consejos, su perfume, sus abrazos, sus besos, el sol pegándole de frente, frente, frente a él, frente a nadie más, vacío, amigos al redor, cerveza, aire, respirar, cambiar de posición, cambiar de música. STOP, vuelve a empezar, no quiero mirar, quiero mirar, bosque vacío, yo en él, me tienta, me tienta mucho, me tentás, un beso, uno más. Refugio eterno, quiero participar, quiero morder, hola, tal vez mañana, hoy, nadie lo sabe, no condiciones el presentes, ni tus acciones, ni a vos, ni a él, pasto. Mucho pasto, mucho, querer estar en él, dentro de él.
Cerrar los ojos, que todo sea diferente, ver que no es así. Extrañar. celular suena, celular no me importa, celular, celular. Stop. No quiero responder esa pregunta, no quiero que sepas, no quiero, stop.
Dolar, llamada recibida, arba, verde, ventilador, rojo, letras, jota, ¿Donde estás? Te estoy buscando, te quiero encontrar. Soñarte, pensarte, querer mimarte, atravesarte, perdón, no a él, a vos.
Ah.

miércoles, 22 de enero de 2014

Acostumbrándome


Tan simple y tan difícil como la imagen lo plantea. Extraña y hermosa sensación de no sentir nada y sentirlo todo al mismo tiempo...Algo que hoy no es más que un recuerdo.

Empecé el año poniéndome de novia y todavía no puedo acostumbrarme a la responsabilidad que ese título conlleva, y aún "esa" palabra es algo que me cuesta pronunciar.

A lo largo de mis 21 años y con una seguidilla de 4 noviazgos a cargo (y al hilo!), podría decir que siempre fui la típica novia, puro cliché:  Regalos caros, escapadas a Punta del Este, tomar el té cada día en un lugar diferente, cocinar y hablar todo el día, fueron mis tareas durante dos largos años.

Pero resulta que, en mi quinto noviazgo y a punto de cumplir los 22, ya no me siento la típica novia. Algo en mi definitivamente cambió, me cansé de ser perfecta. Me cansé de ser "la" novia.

Al parecer, tanto "No emotions, just sex" sacó las emociones de raíz y últimamente me siento un poco vacía. Me siento la antinovia. No me gusta que me controlen, ni que me estén encima, no respondo los mensajes cuando los leo.Dejo el tiempo correr, dejo que la emoción de la luz titilando en el celular se disperse, que pase, y no me importa la emoción que causo en la persona que aún está esperando el mensaje que me mandó hace dos horas. Tampoco es algo que me genere bienestar, durante esos ciento veinte minutos me la paso pensando  qué responder o qué decir para explicar el motivo de mi ausencia cibernética.

Me cuesta aceptar que ya no soy la de antes, y que tampoco soy la descontrolada que sale a bailar y vuelve a las ocho de la mañana a su casa, luego de haber paseado por un boliche y alguna cama,  para luego amanecer a las seis de la tarde aún con resaca.

 Las cosas cambiaron.Todo cambio, y yo quedé en la transición de dos etapas.Entre el descontrol y el amor.

Quiero avanzar pero aún estoy estancada, todavía me falta y tengo ganas de salir de esa transición para encontrar el equilibrio entre esas dos fases: Amar descontroladamente.





lunes, 18 de noviembre de 2013

Pibito

Habíamos llegado a esa reunión nocturna de puta  casualidad, no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar.
 Antes de tocar el timbre del departamento un sonido sobrevolaba el ambiente... Cumbia.

Mi amiga, copia fiel de Barbie,  no tenía ganas de entrar, esa música no le gustaba en lo absoluto, pero ya no había escapatoria.  
 Tocamos el timbre. La puerta se abrió y  desde el primer momento hicimos una devolución de miradas entre nosotras y supimos que realmente había sido un error asistir.

El ambiente no nos acogía. Nos sentamos y no nos sacamos la campera, claro sinónimo de que como habíamos entrado teníamos que irnos. Ellos nos redoblaron la apuesta y nos tentaron con alcohol porque chamullo no tenían.

La noche transcurría entre cerveza y extraños. Risas y acécdotas. Música y quilombo.

Y él estaba ahí, mirándome desde que llegué. Incansablemente.

La ronda de karaoke se abrió, cantamos una canción juntos y al oído me dijo que lo había enamorado. Me tiró la boca adelante de todo el mundo, se la corrí descaradamente, le agarré la mano y lo llevé a la cocina.

Con la puerta de la cocina cerrada, cánticos bizarros de fondo.

-¿Cómo se te ocurrió que podrías haberme chapado adelante de todo el mundo?
-. No, bueno, es que... Yo te estuve mirando toda la noche, en un momento vos también me miraste, je ,  ¡Y después no me miraste más! Y yo sentí que no querí
- Sh, callate
Beso
-. ¿Por qué  hiciste eso?
- ¿No querías un beso?
-. Bueno... Si, pero ¡Yo te lo quería dar!
Beso
- Volvamos...
A esta altura ya me había cansado, mi amiga me miraba con cara de querer irse... Él en un manotazo de ahogado me pidió mi celular... Yo nunca supe su nombre.

Pibito me tiraba onda, él no era un mal pibe, sólo le faltaba ritmo y a mi me sobraba, me aburría...No llegué a conocerlo del todo, con una noche me bastó para entender que éramos incompatibles, que no estábamos buscando lo mismo.



"Quien sabe..." Hizo bien en no contestarme, yo me hubiera mandando a la mierda, pero no podía prometerle nada. Yo tenía mis quilombos mentales y ¿Él? Andá saber... No me importaba, fui sincera.  Una sinceridad bastante conchuda pero sincera al fin.